lunes, 6 de febrero de 2012

Voy perdidito y me he encontrado a una princesa;

me encontrado entre sus labios cuando besan y besan.
Yo dejo al sol que entre por nuestra caraboya,
y ella deja a los ratones que ellos royan y royan...


El tiempo pasa despacito,
cuando no te tengo a mi lado.
Necesito, para estar sentado,
un arbolito en este descampado.


Arranqué un ramo de flores;
se lo regalé a mi amante.
Dijo que no las quería,
que estaban mejor antes.
Y ahora he vuelto a mis manías;
no quiero rehabilitarme.
Dijo que no me quería,
que estaba mejor antes.


Van tan deprisa, nuestras almas, que se arrollan;
que se encuentran cuando nuestros cuerpos follan y follan.
Son, nuestras almas, son dos versos que se rozan;
nuestros cuerpos como dos cerdos que hozan y hozan.


Y si me veo desorientado, 
busco la puerta de salida.
Condenado a estar toda la vida,
preparando alguna despedida.




Arranqué un ramo de flores;
se lo regalé a mi amante.
Dijo que no las quería,
que estaban mejor antes.
Y ahora he vuelto a mis manías;
no quiero rehabilitarme.
Dijo que no me quería,
que estaba mejor antes.


Sé que, al destino, volveremos a engañar,
por que no se acostumbre a nuestras rarezas;
por que nunca más nos vuelva a manejar.


Dar contra un muro pa´poderlo derribar,
que seguro nos depara una sorpresa.
Si te atreves, yo me atrevo a atravesar.


La vida, vivo dando volteretas;
los pies, al suelo, a mí no me sujetan.
Que soy viento y me embalo
y arranco las veletas.


La puerta, pinto de color de rosa,
del laberinto que hay en mi cabeza.
me pierdo si me deja...
Y me encuentro si me roza. 

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